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En el programa provisional de conferencias se anuncia la participación de, entre otros, Giorgio Agamben, Axel Honneth y Gianni Vattimo.
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"Gianni Vattimo es, sin duda, uno de los mayores filósofos vivos que se ha embarcado en una difícil empresa de renovación del pensamiento crítico de izquierda en una era posmetafísica, mediante una propuesta de pensamiento débil que reformula las posibilidades de emancipación humana en términos de una progresiva reducción de la violencia y el dogmatismo. Dicha concepción se inspira en un creativo diálogo que el filósofo de Turín ha sabido entablar con el pensamiento heideggeriano reinterpretado desde una perspectiva de “izquierda”, por un lado, y la filosofía de Friedrich Nietzsche, por otro. Este diálogo ha motivado un singular desarrollo de una ontología hermenéutica nihilista donde se advierte la marcada influencia de Hans-Georg Gadamer y Luigi Pareyson, y donde se manifiesta también la impronta de la tradición dialéctica hegelo-marxista desde George Lukács hasta la teoría crítica de Herbert Marcuse, Theodor Adorno y Max Horkheimer, y en la cual no faltan tampoco lecturas originales del pensamiento de J-P Sartre, Ernst Bloch y Walter Benjamin."La hermenéutica de Vattimo es, pues, una sutil filosofía que se ha desarrollado en asiduo contacto y discusión con la filosofía clásica alemana desde Kant hasta Hegel y Marx, y desde Schopenhauer y los románticos alemanes a Schleiermacher. E incluso se extiende más allá de ese horizonte teórico hasta Dilthey, la filosofía del neokantismo alemán y el idealismo fenomenológico de Edmund Husserl. Así se podría caracterizar a la ontología hermenéutica del debolismo como un lugar de encuentro y diferenciación, pero también de recuperación distorsionante en sentido de Verwindung de las principales corrientes del pensamiento contemporáneo."Por esa creativa labor la obra de Gianni Vattimo ha merecido un justo reconocimiento internacional que se ha intensificado en los últimos años con homenajes en diversas partes del mundo y con la entrega de doctorados honoris causa en varias universidades. Sumándose a ese reconocimiento que se rinde a su figura, el presente volumen procura recoger las intervenciones de destacados filósofos de Europa como Giaccomo Marramao, Giovanni Giorgio, Teresa Oñate, Francisco Arenas-Dolz, Manuel Torres Viscaya y ofrecer al mismo tiempo, un amplio panorama de la recepción del pensamiento débil en Iberoamérica con atención a los aportes algunos de los más importantes filósofos latinoamericanos.
El IX Congreso Internacional de Ontología, siguiendo fiel a su trayectoria de retomar los grandes problemas de la filosofía griega a la luz de la reflexión de la ciencia contemporánea, en su IX edición, efectuará, sin embargo, una pequeña inflexión. El tema elegido no será un problema filosófico específico sino el problema que la filosofía misma constituye.
La filosofía tiene un emblema en la frase con la que Aristóteles abre su Metafísica, en la que afirma que se da en todos los hombres exigencia de conocimiento. Que Aristóteles tenga o no razón, que quepa o no atribuir a la naturaleza humana como tal una predisposición a la lucidez, se convierte entonces en una cuestión central que concierne, entre otras cosas, a la educación. (...)
Afirmar o negar la universalidad de la filosofía es casi una cuestión de confianza en una común disposición de los seres de razón, disposición que sería consecuencia de la riqueza esencial del lenguaje, más allá de las diferencias contingentes que separan pueblos, culturas y civilizaciones. Incluso más allá de la diferencia entre adultos y niños. Ello sin duda exige que por disposición filosófica entendamos una actitud elemental del espíritu que se pone también de manifiesto en la exigencia de inteligibilidad científica. Ciertamente no podemos obviar las enmiendas a la totalidad que cabría hacer a la tesis.
Sin reducir el peso de estas objeciones, la divergencia parece viciada por un equívoco respecto a lo que hay que entender por el término mismo filosofía. Es difícil imaginar que en lugar alguno el hombre deje de preguntarse por el hombre, es decir que no haya alguna forma de antropología filosófica. Y ello vale quizás para todas y cada una de las interrogaciones que han alimentado la historia de la filosofía. No se trata de afirmar que ciertas modalidades de espiritualidad, más o menos vinculadas a actitudes religiosas propias de una civilización dada, entran de lleno en el terreno de la filosofía, mas quizás sí de indicar que, tras la multiplicidad de sus objetivos, persiste como invariancia esa disposición señalada por Aristóteles, a la que antes nos referíamos. (...)
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Sechsmal las Theodor W. Adorno zwischen 1950 und 1968 in Frankfurt über Ästhetik. Die Vorlesungen aus dem Wintersemester 1958/59 und aus dem Jahr 1961/62 ließ er aufnehmen, und die Transkriptionen dienten ihm als Grundlage für seine Arbeit an der Ästhetischen Theorie, die zu den prägenden philosophischen Büchern des 20. Jahrhunderts gehört. Mit der Edition der Vorlesung von 1958/59 wird eine wichtige Quelle zur Entwicklung der tragenden Konzepte in Adornos Denken über Kunst und Ästhetik nun erstmals zugänglich gemacht.
In Auseinandersetzung mit Platon und Aristoteles, Kant und Hegel, Schopenhauer und Kierkegaard, Lukács und Benjamin erörtert Adorno hier die Erfahrung des Schönen, das Verhältnis von Kunst und Natur, den Rätselcharakter der Kunstwerke und die Spannung zwischen den Forderungen des »Ausdrucks« und der Konstruktion im Kunstwerk. Glanzstücke der Vorlesung sind die intensive Auseinandersetzung mit der klassischen Interpretation des Schönen in Platons Phaidros sowie die sukzessive Entfaltung eines gehaltvollen Begriffs der ästhetischen Erfahrung, der auch nach 50 Jahren und trotz grundlegend veränderter Diskussionslage in der philosophischen Ästhetik nichts von seiner Aktualität eingebüßt hat.
Esta primera gran interpretación de Heidegger del pensamiento de Leibniz es especialmente instructiva para conocer su aceptación de la metafísica moderna de la subjetividad, que pretende superar mediante la analítica existenciaria del Dasein. La definición leibniziana de sustancia como fuerza y ésta como (doble) representación le parece a Heidegger tan decisiva que volvió en otras ocasiones a meditar sobre Leibniz, especialmente en su libro sobre Nietzsche y en el curso sobre el Principio de razón o fundamento.
«En el estar-resuelto, el Dasein es su futuro; en el ser-culpable, es su pasado; y en el actuar entra en el presente. El Dasein no es nada más que ser-tiempo. El tiempo no es nada que nos llegue del exterior del mundo, sino lo que yo mismo soy».
Empeñado en repensar el sentido del ser en toda su radicalidad, Martin Heidegger (1889-1976) mostró un temprano interés por la especificidad del tiempo histórico, tal como había sido puesta de manifiesto por Dilthey. En éste encuentra Heidegger un punto de apoyo a su crítica de la concepción trascendental de la conciencia y una ayuda para desarrollar las categorías de la vida fáctica.
Vid. Editorial Herder.-Martin Heidegger y Eduardo Chillida se conocieron en uno de los habituales encuentros entre escritores,pensadores y artistas organizados por la célebre galería Erker de St. Gallen en Suiza. Fruto de este encuentro, nació una amistad intelectual entre los dos genios que desembocó en colaboración artística. Este breve ensayo de Heidegger apareció en el otoño de 1969 en una edición limitada de 150 ejemplares para bibliófilos.